por admin | May 15, 2021 | Salud y Bienestar
La mente tiene una gran influencia en nuestro sistema inmunológico, y puede que por eso muchos dicen que la mayoría de las enfermedades son “psicológicas”.
La realidad es que nuestro sistema nervioso y nuestro sistema inmune están muy relacionados, y es por eso que cuando nos exponemos a situaciones estresantes, “como por arte de magia” nuestra salud general se ve afectada y, en ocasiones, zonas muy específicas de nuestro cuerpo.
¿Por qué nos estresamos? ¿Podemos evitarlo?
El estrés es una reacción fisiológica que tiene el cuerpo frente a un desafío, y nos prepara física y psicológicamente para enfrentarnos “al peligro” o huir de él.
Para nosotros es el incómodo “estrés” pero para nuestro cerebro es la necesaria “defensa” : detecta la situación, envía un mensaje a través del sistema nervioso y recurre a elevar y disminuir ciertas sustancias para ponernos “listos para el combate”.
En el día a día lidiamos con pequeñas circunstancias que de algún modo y otro nuestro cerebro las percibe como hechos de los que debemos protegernos o huir.
Por esto es importante entender que de no eliminar el estrés de tu vida, sino de regularlo: porque todos los días nos enfrentamos a situaciones estresantes. En caso de que no aprendas a regular el estrés, puedes empezar a sufrir de estrés crónico, y es aquí que tu sistema inmunitario se ve afectado.
¿Cómo afecta el estrés el sistema inmunitario?
Sabemos que el cerebro libera cortisol y adrenalina cuando se siente “atacado”.
La liberación de cortisol produce un aumento de la glucemia en la sangre, es decir, lo que se conoce como “el azúcar en la sangre”, y con esto, inicia una cadena de reacciones químicas con múltiples consecuencias, entre ellas está la disminución de producción de células encargadas de proteger nuestro cuerpo.
“En realidad, el estrés no nos enferma, pero limita el funcionamiento inmunológico, y eso hace que estemos más indefensos ante invasores extraños” –Stenberg,
Efectos del estrés en la salud
Cada cuerpo tiene diversas formas de manifestar la preocupación, y aunque existen síntomas muy particulares, hay otros síntomas más comunes frente al estrés crónico:
- Desarrollo de acné, eczemas, etc
- Falta de concentración
- Mala de memoria
- Sensación excesiva de cansancio (a pesar de descansar lo suficiente)
- Variaciones inusuales de peso
- DIarrea o estreñimiento
- Dolores musculares frecuentes o dolor de cabeza
¿Cómo evitar que el estrés afecte tu salud?
El estrés es necesario, un cuerpo que no reacciona a su entorno, tampoco es la respuesta, pero cuando estas ‘defensas’ ocurren hasta 100 veces en un día, se convierte en algo tóxico para nosotros.
No se trata de eliminar el estrés, se trata de regularlo, por eso te compartimos 4 consejos prácticos para manejar el estrés.
4 consejos prácticos para regular el estrés
- Haz ejercicio y apaga tu móvil mientras tanto.
Lo sabes: tu celular es una puerta de situaciones estresantes. Al hacer ejercicio, activa el modo “No molestar” o “Modo avión” y enfócate en liberar tus energías ejercitándote.
Seguro tienes agendado en alguna libreta, aplicación o en tu mente, el horario en que te dedicas a trabajar, o estudiar, y otras actividades relevantes.
Agrega un “espacio para ti” en tu agenda: tu tiempo para leer, ver una película, o sencillamente sentarte bajo la sombra.
Si todavía crees que dedicarle cinco horas extra a algún trabajo te ayudará a ganar tiempo, estás equivocado.
Establece y respeta tu horario para acostarte. El buen descanso es vida para el cuerpo, él te lo agradecerá.
- Aprovecha la música para relajarte
Aprovecha las listas de reproducción de música relajante, para esos momentos que apartas para ti, o antes de ir a dormir.
Recuerda que en los detalles están los grandes cambios
¿Qué otro consejo práctico puedes compartir de lo que sueles hacer para evitar que el estrés afecte tu salud?
por admin | Abr 18, 2021 | Salud y Bienestar
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Seguro ya has leído un montón de veces cuáles son esos hábitos que debes desarrollar para cuidar tus defensas, así que, más que solo decirte que “debes comer sano, practicar actividad física… etc…. te compartiremos de qué manera puedes empezar a desarrollar cada hábito de una vez por todas…
Para comer más balanceado
Sabemos que cuando aparecen tantas ofertas de comida chatarra con precios tentadores a poco minutos de entrega, el comer sano no es tan fácil.
Aún así, si estás aquí, es porque sabes que para subir las defensas debes velar por una alimentación nutritiva que va más allá de un “gusto al paladar”.
¿Cómo empezar a comer más balanceado para subir las defensas?
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- Sustituye los refrescos, zumos de frutas y bebidas azucaradas por agua Limita tus opciones: agua, leche baja en grasa o bebidas sin azúcar.
- Ten siempre a mano un snack saludable contigo Para que no te tome por sorpresa el hambre y no tengas como “única opción” lo que hay a tu alrededor.
- Agrega una taza de vegetales hervidos a tu almuerzo y a tu cena Agrega a tu lista de compras los vegetales por día: lunes, miércoles y viernes un tipo de vegetales y los demás días otro tipo; o distribúyelos como prefieras pero > planificate < . Si eres quien las prepara, ya sabrás cómo distribuirlos; en caso de que alguien más lo haga, escríbelo y déjaselo en una nota.
- Agrega una taza de frutas bajas en calorías picadas a tu desayuno: Por ejemplo: manzana verde, piña, sandía, melón, fresas o kiwi. Te damos estas opciones porque son, en su mayoría, cítricas, es decir, ricas en vitamina C y aportan pocas calorías. Con estas frutas, haz lo mismo que con los vegetales: planificate.
- Enfoca desayuno en alimentos ricos en grasa y proteínas Este punto necesita un esfuerzo nuevo de tu parte: cuando estés haciendo tus compras, piensa en tres o cuatro ideas de desayunos basadas en grasas y proteínas, y compra lo necesario para que puedas hacerlo fácil y rápido.
- Disminuye las carnes rojas. Si sueles comprar tres para la semana, disminuye a dos o una, y sustitúyelas con pescado, pavo o pollo. Al cuidar los nutrientes que ingieres con frecuencia, tu cuerpo inevitablemente responderá subiendo las defensas.
Para ejercitarte regularmente
¡Uuuf! Otro hábito cuesta arriba.
Aquí te va nuestra recomendación para lograr empezar a cultivar el hábito de hacer ejercicio y ayudar a tus defensas a mantenerse estables.
- Dedica 10 a 15 minutos para hacer una pequeña rutina de ejercicios.
Sí, parece poco, pero POCO es mejor que NADA.
Inicia con una rutina de 10 a 15 minutos que no sea muy exigente, y enfócate en terminar una semana (sin días de descanso) y luego otra semana. Después de un mes de fidelidad a tu micro-rutina, puedes aumentarle al tiempo o a la intensidad del entrenamiento.
2. Sube las escaleras en vez de tomar el ascensor
Son pequeñas decisiones que impactan indiscutiblemente en tu salud.
3. ¡Limpia en casa!
Y no lo veas como tareas domésticas, sino como oportunidades para hacer ejercicio.
4. Limita el tiempo frente a la pantalla
Se trata de administrar tu tiempo: puede que del tiempo que dedicas a estar frente a una pantalla puedas pasar a realizar alguna actividad que involucre movimiento.
Incluir estas pequeñas acciones te ayudarán a influir positivamente en tu salud, y por ende, en tu peso. Estar en un peso saludable también es un factor relevante para cuidar tu sistema inmune.
Para minimizar el estrés
Cuando se está en estado de estrés el cuerpo produce hormonas que suprimen la capacidad del sistema inmunológico y lo debilitan frente a ataques comunes como virus o bacterias que en cualquier otra circunstancia no te afectarían tanto.
Sabemos que no puedes controlar el sentirte estresado, pero también reconocemos que si puedes hacer algo al respecto, y por favor, ayuda a tu sistema inmune:
- Identifica cuándo puedes hacer algo al respecto y cuándo no
Cuando estés frente a una situación que te causa estrés, usualmente ves “todo lo que se puede hacer” como tu responsabilidad, y no es así. Aprende a identificar.
- Establece una hora para desconectarte de todo [hasta el próximo día]
Preferiblemente una o dos horas antes de ir a dormir, desconéctate de todos los dispositivos electrónicos que te puedan traer información estresante.
- Identifica los hábitos poco saludables a los que acudes cuando estás estresado
Muchas personas recurren a comportamientos poco saludables que los “ayudan a relajarse” como:
- Beber alcohol
- Fumar
- Utilizar sustancias adictivas
- Dormir demasiado
Pero estas son respuestas que funcionan para un resultado a corto plazo. Puede que te relajen por el momento, pero no aportan a tu salud ni solucionan la causa de tu estrés.
Empieza por identificar cuál es tu forma de combatir el estrés.
- Aprende a decir que no
Así de simple: conoce tus límites, y comunica cuando no puedes hacer algo.
La salud general es afectada por nuestras acciones diarias, y si no te preocupas por cultivar, poco a poco, hábitos a su favor, nuestro cuerpo se encargará de hacérnoslo saber, y esto sucede cuando ya el sistema inmunológico se ha debilitado.
¿Con cuál de estos pequeños pasos vas a empezar?
por admin | Mar 1, 2021 | Salud y Bienestar
En los últimos meses muchos han tomado medidas de precaución adicionales para mantenerse saludables: acciones como lavar sus manos con constancia y practicar distanciamiento social, se presentan como comportamientos clave.
Junto a ello, el hincapié en la importancia de un sistema inmune fuerte para asegurar que el organismo pueda luchar contra los gérmenes del entorno.
Hay ciertos síntomas que se presentan para darnos una pista cuando nuestra defensas están bajas, y hoy queremos compartirlos contigo.
Síntomas de que tienes las defensas bajas
¿Quieres saber si tienes tus defensas bajas? Mira cuáles son esos detonaores o síntomas y qué puedes hacer para darle un empujón a tu sistema inmune.
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Tus niveles de estrés están altos
No es una coincidencia que te enfermes después de haber lidiado con grandes retos profesionales o alguna situación personal, en casa.
Cuando los altos niveles de estrés se mantienen por un periodo prolongado, de acuerdo a la Asociación de Psicología Americana, el sistema inmune se debilita.
En este estado de “alerta” el cuerpo produce una serie de hormonas que suprimen la capacidad del sistema inmunológico, debilitándose frente a los ataques comunes de los gérmenes del entorno.
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Tienes incomodidad estomacal con mucha frecuencia
Si presentas diarrea, gases o constipación frecuentemente, puede ser una señal de que tienes un sistema inmune débil.
Según investigaciones, cerca del 70% de nuestro sistema inmune se encuentra ubicado en el tracto digestivo. Las bacterias que se encuentran en el entorno digestivo, protegen tu intestino y apoyan el sistema inmune.
Si tienes un porcentaje muy bajo de estas bacterias, quedas descubierto a los virus y puedes presentar inflamación crónica.
Uno o dos resfriados al año. Ese es un número común y aceptable para adultos, y con unos siete o diez días para recobrarse totalmente. Esto es porque el sistema inmune se toma unos cuatro días para desarrollar los anticuerpos y combatir los gérmenes.
Ahora, si eres de los que constantemente agarra un resfriado y tardas mucho en lograr recobrar tu plena salud, esto es un indicio muy claro de que tus defensas están bajas.
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Tus heridas tardan en sanar
Algún desliz en la cocina, una cortada o una quemadura; son cosas que suelen pasar, pero.. ¿sientes que tardas mucho para cicatrizar o curar?
Tu cuerpo trabaja para protegerse una vez que se percata de algún tipo de lesión en tu piel, envía nutrientes para regenerar la piel. Este proceso regenerativo depende de la salud de las células inmunológicas, pero si tu sistema inmune es lento, tu piel no puede regenerarse. En cambio, las heridas persisten y se dificulta mucho la cicatrización.
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Te sientes cansado todo el tiempo
A pesar de que el ajetreo del día a día te agote y te haga sentir un tanto “abobado” de vez en cuando, si estás descansando lo suficiente y alimentandote nutritivamente, y aún así sientes fatiga, deberías considerar si es un mensaje que te envía tu cuerpo sobre la salud de tu sistema inmune.
Cuando tus defensas están bajas, de igual forma lo están tus energías, y esto es porque el cuerpo intenta conservarla lo más posible para que las células inmunológicas puedan disponer de esa energía para combatir los gérmenes.
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Tienes infecciones frecuentes
Entre los signos de una posible deficiencia del sistema inmune se incluyen:
- Tener más de cuatro infecciones de oído al año
- Desarrollar neumonía dos veces durante un periodo de un año.
- Sufrir sinusitis crónica o presentar más de tres episodios de sinusitis bacterial al año.
Así lo plantea el Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología.
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Estos son, apenas, seis síntomas de los más conocidos, entre todos esas señales que utiliza tu cuerpo para hacerte saber que algo no anda bien con tus defensas.
En un próximo artículo, te hablaremos de otros signos que pasan desapercibidos pero son igualmente muestra de un sistema inmune débil.